Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Hebreos 4:13La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:7
Hebreos 4:13La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:7
Un Dios que lo sabe todo
Por motivo de una venta cercana tuve que desocupar y limpiar la casa de mi infancia. Era conmovedor hallarme frente a frente con mi pasado. En un rincón del antiguo taller de mi padre descubrí un instrumento a presión que llamábamos un «siete» o barrilete, el cual servía para mantener inmóvil la pieza de madera en la que queríamos trabajar. Ese siete estaba quebrado por la mitad. Fácilmente reconocí los vestigios de una falta que había cometido hacía sesenta años.Debía serruchar una pieza de madera dura y, para inmovilizarla, había golpeado muy fuerte con el mazo sobre el siete, al punto que éste se rompió. Como temía los reproches de mi padre, quien a menudo me había advertido al respecto, volví a poner el siete en su lugar y lo trabé con un calce, de modo que parecía estar en buen estado. Ese simulacro no pudo engañar la perspicacia de mi padre y el culpable pronto fue identificado. Entonces reconocí mi falta y fui perdonado. Si ésta no hubiese sido revelada, mi conciencia habría permanecido cargada por esa falta de rectitud.Un día u otro la verdad sale a la luz. Es una de las permanentes afirmaciones de la Biblia. ¡Lo que no haya sido revelado en la tierra, lo será ante el tribunal de Dios! Esto debe hacernos reflexionar seriamente y conducirnos a confiar plenamente en ese Dios que todo lo ve pero que desea perdonarnos.
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