EL REPOSO

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11:28

El reposo

“Dios… reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3).Dios quiere la felicidad de su criatura. Después de haber colocado al hombre y a la mujer en un jardín de delicias, Dios pudo descansar, y este descanso tendría que haberse perpetuado en el Edén para alegría de todos.La desobediencia de nuestros primeros padres interrumpió este descanso; más tarde Jesús diría: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17).Sin embargo, el deseo de Dios permanece; él quiere introducir a su criatura en un reposo definitivo donde reina el amor divino. De ahí en adelante, por la fe en Jesús podemos entrar en este reposo. “Los que hemos creído entramos en el reposo” (Hebreos 4:3).El llamado del Salvador todavía resuena hoy: “Venid a mí”, “creed en mí”. El amor de Jesús lo condujo hasta la cruz del Calvario a fin de obtener para nosotros la salvación eterna. Pagó el precio de nuestro perdón y nos ofrece su reposo. “La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).El reposo de la inocencia (del Edén) no puede volver a ser hallado, pero el reposo de la gracia divina puede ser gustado por la fe en Jesús, cuando se le recibe como Salvador personal.
Del reposo eternal gozando tus amados,En el día sin fin todos te servirán;Y arrojando a tus pies, oh Señor, extasiados,Sus coronas de gloria, se prosternarán.