La luz es lo que manifiesta todo… Mirad, pues, con diligencia cómo andéis.
Efesios 5:13 y 15
Efesios 5:13 y 15
Pusiste… nuestros yerros a la luz de tu rostro.
Salmo 90:8
Salmo 90:8
Como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
Salmo 68:2
Salmo 68:2
Sin cera
Según ciertos autores, el vocablo «sincero» procede de dos palabras latinas: sine y cera, que significan «sin cera». Al estudiar la etimología u origen de esta palabra hallamos que en tiempos de los romanos, ciertos escultores poco escrupulosos disimulaban los defectos de sus estatuas de mármol ocultándolos con cera. Ésta era difícilmente visible, salvo si la estatua estaba expuesta al sol. Por eso los escultores honestos aseguraban a sus clientes que sus estatuas eran «sinceras», sin cera.El apóstol Pablo habla de la fe “no fingida” de Timoteo (2 Timoteo 1:5), quien también se interesaba “sinceramente” por los filipenses (2:20). En 2 Corintios 8:8 invita a los corintios a dar una prueba de “la sinceridad” de su amor al ayudar a sus hermanos pobres.Es necesario que nuestra fe y todas sus manifestaciones puedan soportar la prueba de la luz divina. “Dios es luz… si andamos en luz… tenemos comunión unos con otros” (1 Juan 1:7). No obstante, si el pecado nos sorprende, no lo escondamos «con cera», pues tarde o temprano ésta se derretirá. En cambio, como dice la misma epístola, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Según ciertos autores, el vocablo «sincero» procede de dos palabras latinas: sine y cera, que significan «sin cera». Al estudiar la etimología u origen de esta palabra hallamos que en tiempos de los romanos, ciertos escultores poco escrupulosos disimulaban los defectos de sus estatuas de mármol ocultándolos con cera. Ésta era difícilmente visible, salvo si la estatua estaba expuesta al sol. Por eso los escultores honestos aseguraban a sus clientes que sus estatuas eran «sinceras», sin cera.El apóstol Pablo habla de la fe “no fingida” de Timoteo (2 Timoteo 1:5), quien también se interesaba “sinceramente” por los filipenses (2:20). En 2 Corintios 8:8 invita a los corintios a dar una prueba de “la sinceridad” de su amor al ayudar a sus hermanos pobres.Es necesario que nuestra fe y todas sus manifestaciones puedan soportar la prueba de la luz divina. “Dios es luz… si andamos en luz… tenemos comunión unos con otros” (1 Juan 1:7). No obstante, si el pecado nos sorprende, no lo escondamos «con cera», pues tarde o temprano ésta se derretirá. En cambio, como dice la misma epístola, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
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